Leyendo sobre álgún mito más de la creatividad (recordemos, nos estamos acercando a ella, a su concepto, a su realidad, por medio de su desmitificación, para hacerla nuestra) me dio por poner nombre a uno que no aparece como tal, pero que siempre se percibe en cualquier proceso creativo o trabajo de creación en equipo.
- "Sí, pero..."
- "No tenemos tiempo..."
- "Esto ya se hizo..."
- "No vamos a convencerles con esto..."
- "Es mucho trabajo para poco tiempo..."
- "Hay que tener en cuenta que..."
- "Tendríamos que pensarlo mejor..."
Lo normal, y de ahí el mito, es que se considere esta actitud como algo negativo y ralentizador para el proceso creativo.
Sin embargo, creo que es fundamental en una persona creativa conocer los límites a su alrededor, los suyos propios y, en su caso, los de la competencia. En la creatividad, como hemos visto, no todo es espontáneo y brillante: hay que investigar posibilidades, siempre con optimismo, eso sí. Como todo, "in medio virtus" (en el medio está la virtud): en el momento en que una persona sea un auténtico obstáculo porque lo único que hace es frenar el proceso creativo con un pesismismo radical y depresivo, habrá que tomar ciertas medidas...
Toda persona que desarrolle su creatividad deberá hacer hueco al "cuestionar desde un punto de vista negativo o escéptico". Y quien por naturaleza tenga ese papel en un grupo de creación debe controlar sus emociones y su exposición cuando difiere en determinado asunto. Debe ser consciente de que cuando cuestiona el trabajo que se está llevando a cabo, ese mismo cuestionamiento ha de ser productivo, ya sea aceptándolo para modificar el proceso creativo, o rechazándolo por inservible, lo cual también resulta beneficioso.
El valor del mal llamado "pesimismo creativo" está en la variación de puntos de vista, y puede ser muy útil en caso de enfrentarse a la competencia o de encaminar una creación hacia un lado u otro.
0 comentarios:
Publicar un comentario